Segovia, Patrimonio de la Humanidad y Patrimonio también de grandes bodegas y bodegueros que nos aportan sus mejores trabajos para deleite de paladares exigentes.
Pero ¿realmente sabemos lo que es una cata?, ¿sabemos catar un vino? lo que la mayoría de los mortales sabemos es si nos gusta o no, si repetiremos en la compra o no, si lo recomendaremos o no.
Catar un vino es afinar lo más posible nuestros sentidos para percibir mejor sus características. Es un momento de máxima concentración.... mejor un microproceso de concentración.
Lo primero que tenemos que afinar es nuestra vista. Obvio es, nos fijamos en el color: Un vino muy opaco y denso será más carnoso, mientras que un vino menos opaco resultará siempre más ligero.
El sentido de la vista nos permite ver también la edad y la crianza del vino. Para eso nos fijaremos en el ribete, que es la parte del vino que pega al cristal cuándo ligeramente inclinamos la copa. Los vinos jóvenes muestran un ribete violáceo que nos da la vista de la uva pura con el que fue elaborado, mientras que un vino con más antigüedad - un crianza o sobre todo un reserva - muestran un ribete color teja que aparece como consecuencia de la oxidación del vino en las barricas.
¿Dejamos el resto de sentidos que intervienen en una cata para el próximo artículo? Cuándo tengamos unas nociones básicas, estamos en condiciones de viajar a Segovia y ponernos manos a la obra para conocer las bodegas tan interesantes que tenemos en nuestra provincia.
Casa Entre Acebedas, a 8 min. de Segovia, tiene sus favoritas, pero realmente todas tienen algo nuevo que enseñarnos.
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